Es un placer compartir con mis compañeros, un poco de aquello que en algún punto de nuestra ardua labor que, llega a ser muchas veces alienante, no puede darse. Por tal razón primero dedicare este primer post, para hacer un breve comentario al respecto de lo que implicaría para esta magna comunidad educativa la implementación de le medios y tecnologías para el aprendizaje.
Marcuse, dentro de su gran crítica hacia las sociedades altamente industrializadas, siempre trato señalar el gran daño que implicaba los tecnicismos y como una país como Estados Unidos, perdió fuerzas intelectuales por culpa de las grandes innovaciones técnicas en la educación. Si bien, el saber hacer, planteado, desde la educación técnica llevo a que el individuo se redujera a una sola labor mecánica de pensamiento. Para este motivo debemos recordar que desde la teoría crítica de la sociedad, se emprendió el gran proyecto contra la administración en los ámbitos culturales, y aquí debemos incluir a la educación.
La administración y la burocracia poseen una naturaleza muy distinta de la cultura, y vincularla con algo tan inconmensurable como lo es la educación, es muy contradiciente. Hay que despertar las múltiples dimensiones del ser humano. El arte y la cultura es la negación de la realidad, esto es, modificar nuestro entorno.
Debemos atender al llamado de la realidad social, modificar, y reestructurar. Los valores tanto estéticos como éticos, ocupan en este sentido un lugar vital en la educación Colombiana.
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